BIENVENIDOS NUEVAMENTE

Este blog es para evitar la injusticia de hablar sólo de la gente que nos ha cagado en la vida como en el blog "comonoscagaron en la vida". La forma de evitar esa injusticia es no dejar afuera a los que nos han ayudado tanto. También para contar anéctodotas propias y ajenas, sino tendría que abrir muchos blogs. Con el mismo criterio que en el otro espacio, espero recibir algunas historias a chechu11y6@yahoo.com.ar. Disfruten las anécdotas ya que he sido muy prolífica en ese aspecto.



domingo, 6 de febrero de 2011

LOS GUSANOS, Y LA GRIEGA MI HEROÍNA

Tiempos difíciles si los tuve. Mi vida transcurría abotonada a la computadora. Se me había dado por los amores virtuales y me enamoré profundamente. Lástima que ese amor vivía en Chile. Con Chile –le pondremos ese nombre para evitar datos personales, como siempre- hablábamos todos los días. No, no, casi todo el día.
Sin perder de vista que yo trabajaba claro, había llegado a quedarme hasta las 7 de la mañana para luego ir a trabajar sin dormir.
Todo esto pasó cuando me prestaron una computadora para que la tuviera en casa, porque antes de eso mi vida transcurría en los locutorios. Yendo del trabajo al locutorio, en donde o hablaba por teléfono o me la pasaba sentada en una máquina por horas.
Recuerdo que en uno de esos días, mi llegada tuvo lugar a las 18 horas aproximadamente y, segundos después sentí que la luz me molestaba, por lo que decidí averiguar la hora y, casi como un milagro descubrí que se habían hecho las 12 del mediodía del otro día. Ahí sospeché que no estaba nada bien.
Llegaba siempre tarde al trabajo, cosa que no es novedad para nadie, pero con el aditamento de que no me interesaba nada trabajar, quería ocupar todas mis horas pensando en Chile y viviendo una vida paralela e irreal.
Mi casa se había vuelto lúgubre, nada me interesaba, siempre las ventanas con sus persianas cerradas. Llegaba sólo a escribir y no recuerdo en qué momento comía.
Para que entiendan el estado real en que me encontraba, un día luego de hablar con Chile hasta las 7 de la mañana – imaginen las cuentas de teléfono, no? – me dediqué a caminar por Rivadavia y Av. La Plata. Por esos días alquilaba un departamento en Bmé. Mitre y Avellaneda.
Estuve sin dormir un día, y eso te crea un estado como de embriaguez que te envuelve.
Caminé, caminé, hasta que me dieron ganas de tomar un café con leche, ahí nomás, en un bar de la esquina llamado Plaza del Carmen. Ahí me encontré con unos amigos y hablamos algunas horas de Brasil, Simone, la música brasilera en general, temas que nos capturaban a todos.
Luego de un rato sentí la necesidad de estar sola, extrañaba pensar, el pensar en Chile me hacía estar más cerca. Me crucé al bar de la otra esquina, uno con pinta de esos bares de antes que lamentablemente hoy se ha convertido en uno de esos modernos que te roban la nostalgia de los años pasados, como si te fueras quedando sin historia.
Ahí me senté y me quedé con ese estado que más me gustaba, el de la ensoñación, hacer una novela en la que pasara lo que yo exactamente quería que pasara.
No recuerdo, ni pude contabilizar el tiempo que estuve ahí, con la mirada perdida en el infinito y pasando mí película en ese cielo despejado, lo único que sé es que en un momento vi salir mucha gente del subte y un temblor frío me corrió por el cuerpo. Pensé: ¡NO FUI A TRABAJARRRRRRRRRRRRRRRRR!!!!!!!! ¡NOOOOOOOOOOOOO!!!!! Qué hago? Qué digo??? Llamé al mozo con cara de desesperación y le pregunté: “dígame por favor qué día es hoy?”. Por suerte me contestó que era domingo y ahí encontré la paz para poder seguir pensando en Chile. Horas y horas ahí sentada hasta que decidí volver a casa.
Me dieron ganas de unas medialunas, así que las pedí, y como siempre – todo debido a la vagancia -, cuando llegó el delivery bajé la bolsita con la soguita desde la ventana del primer piso para que las pusiera ahí y se cobrara de la plata que en ella había dejado. Luego, dormí y mucho.
Así transcurría mi vida, viviendo en la nada misma.
Luego de un tiempo mi olfato comenzó a sentirse afectado por un olor apenas perceptible, pero yo, tengo muuuuuuuuuucho olfato. Empecé a buscar por todos lados y nada. Había pensado que podía ser mi amada gata Cuba que tal vez habría empezado a hacer sus cositas en lugares insospechados, tal vez como muestra de que extrañaba la persona que yo había sido, pero nunca encontraba nada. Al segundo día lo sentía más, al tercero más, al cuarto más y, al quinto, decidí abrir por fin una ventana para ver si podía mitigar ese olor que, a esa altura daba la sospecha de que alguien había muerto en mi departamento.
NO, NO, NO. Fue la peor idea que podría haber tenido. El olor justamente venía de la ventana.
Uno de esos vecinos hijos de puta que nunca faltan, sucios, incultos, mersas, imbéciles, grasas, etc., había decidido jugar a que era jugador de la NBA y a tratar de encestar sus bolsas de basura en el hueco de mi ventana, que tenía como un pequeño balconcito.
No pude soportar lo que vi, no, de ninguna manera. Eran gusanos blancos del tamaño de los porotos que se movían como una masa, como el gorro de medusa, y se me nubló la vista.
Hay cosas con las que no puedo y esa es una de ellas. No podía ni siquiera imaginarme cómo podía deshacerme de eso sin otra opción que prenderle fuego al departamento. Claro que luego razoné y pensé, pensé hasta que se me ocurrió una idea mucho mejor.
Para poder hacer algo con esa situación sólo me quedaba una opción, EMBORRACHARME! Di vueltas pensando qué tomar, porque encima el alcohol no me gusta.
Durante todo ese tiempo que tampoco puedo precisar su duración di vueltas como nunca y, de repente, sonó el teléfono. Era mi amiga, la Grieguisss, que vivía a unas cuadras de casa. Me preguntó cómo andaba y le conté qué era lo que estaba organizando para terminar con esa situación, aunque lo que más me hubiera gustado era irme cerrar la puerta y no volver nunca más, pero, a dónde iba a vivir?
La cuestión que uno ni se imagina lo que puede hacer un amigo por uno a veces y ella, con toda certeza y decisión me dijo: CHECHU, VOY PARA ALLÁ, cómo te vas a emborrachar para hacer eso?????
Claro, nadie se imagina lo que le pasa al otro con una limitación de este tipo con las cosas putrefactas y esos bichos inmundos. La muerte era lo mejor para mí en ese momento, la vida perdía sentido si la convivencia dependía de tener esas criaturas en la ventana.
Con ese temple de la persona que puede con todo, la Grieguisss entró, miró, tiró alcohol, agarró una bolsa, los tiró a la mierda, pasó lavandina y…sólo por eso mi vida se había salvado del desastre. Ella, mi heroína, mi amiga, mi ídola, mi gladiadora contra los gusanos del vecino de mierda.
Estas son las personas que hacen que tu vida sea un poco más fácil. Nunca, nunca, pero nunca voy a olvidarme de ese gesto.
A vos, a vos te digo GRACIAS nadie había hecho eso por mí nunca!